En este estado de abandono se encuentra lo que fue hace unos años la discoteca Leyasu, construida y diseñada por un hijo de la provincia Monseñor Nouel, quien cargado de sueño un día decidió regresar de retirada de los Estados Unidos a su tierra natal Bonao.
Construir este sueño de diversión para sus compueblanos fue su meta y lo logro pero años después, el gobierno que propiamente ayudo a dirigir los destinos de sus hermanos, el de la Liberación Dominicana, lo llevo a la quiebra al grado que hoy sus puertas se encuentra abierta pero en la esperanza de que algún día, vuelvan hacer testigos de tantas diversión.
Edenorte, no solo se ha conformado con matar un sueño, con quitarle la sonrisa a cientos de nouelenses, con ver caer castigado por el tiempo la hermosura que aun reflejan las instalaciones de otrora Leyasu, sino que aun cerrado, continua enviándole sus abultadas facturaciones por consumo de energía eléctrica donde si acaso puede verse algo iluminado, seria por el paso de alguna luciérnaga.
El sueño de Piro Espinal, su propio gobierno se encargo de hacerlo una gran pesadilla, hoy engañado por sus compañeros políticos este tuvo que regresarse de nuevo a los Estados Unidos, en busca de continuar trabajando para construir nuevos sueños que le permitan edificar sus familias. ¿Cuando sera, no se?
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