MUERE LEGENDARIA CANTANTE DE LA CULTURA


La legendaria cantante caboverdiana Cesária Évora, llamada "la diva de los pies descalzos", falleció el sábado en un hospital de Cabo Verde, tres meses después de abandonar definitivamente los escenarios, anunció el ministro de la Cultura de ese país, Mario Lúcio Sousa.
El fallecimiento de la célebre cantante fue anunciado por el ministro de Cultura de Cabo Verde, Mario Lúcio Sousa, él mismo un ex cantante.
El gobierno de Cabo Verde decretó este sábado un duelo nacional de 48 horas en todo el archipiélago. El presidente, Jorge Carlos Fonseca, estimó que Évora era "una de las referencias mayores de la cultura de Cabo Verde".
"Esta muerte nos entristece porque era una de las referencias mayores de la cultura de Cabo Verde, en particular la música", dijo añadiendo que cuando se habla del país en el mundo "el nombre de Cesária es citado siempre primero, lo que demuestra el peso simbólico que la cantante y su voz eran para el país".
Évora, de 70 años, sufría desde hace varios años de diversos problemas y llegó a ser sometida a importantes operaciones, incluyendo una cirugía a corazón abierto en mayo de 2010.
En abril, había realizado conciertos en París. Poco después de celebrar su 70º cumpleaños, el 27 de agosto, retornó a la capital francesa con la salud visiblemente deteriorada, según admitió la empresa que publicaba sus discos.
"No tengo fuerzas, no tengo energía. Me gustaría que le digan a mis admiradores: lo siento, pero ahora necesito descansar. Lamento infinitamente tener que ausentarme por causa de enfermedad, quisiera darles aún más placer a los que me han seguido durante tanto tiempo", dijo Évora al diario francés Le Monde al anunciar el fin de su carrera, el 23 de septiembre.
Évora recordaba que casi había muerto en Australia y que en una oportunidad su corazón paró de funcionar en Lisboa, Portugal, en medio a una intensa agenda de viajes que la llevó a todos los rincones del mundo en 22 años de carrera internacional.
Esta ex cantante de bares en la ciudad de Mindelo, en la isla de Sao Vicente, se volvió súbitamente una celebridad mundial con su tercer disco, "Miss Perfumado", en 1992, y poco más tarde ofreció dos conciertos triunfales en París.
Aunque el éxito llegó tarde para esta artista que ya tenía entonces más de 50 años, nunca paró de crecer.
De joven, afirmaba que sus problemas de salud se debían al abuso de las "batatinhas", las papas fritas a la portuguesa, cuyo consumo le fue prohibido por su colesterol elevado.
"Ya he parado con eso, pero pienso que debería volver a comer algunas para ver si es eso que realmente me fragiliza", ironizaba la diva, quien había conseguido vencer una fuerte adicción al alcohol, pero que nunca dejó de fumar intensamente.
Después de anunciar su despedida de los escenarios, Évora retornó a su pueblo natal, Mindelo, que nunca más abandonó.
Antes de un viaje a París para exámenes médicos, cuando un periodista le preguntó si pensaba retornar a Cabo Verde, Évora respondió con sorpresa: "Es evidente que sí. ¿Dónde quiere usted que yo viva?".
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