El doloroso vía crucis de El Zafiro, un merenguero que vio pasar hace
mucho sus mejores días, parece que se ha agravado, por culpa de su
confesa adicción al crack, droga que el mismo define como “diabólica”.
La situación se le ha puesto ahora “color de hormiga” ya que enfrenta un
proceso de deportación, tras las autoridades migratorias de Estados
Unidos detenerlo nueve veces y acusarlo de posesión de crack, según
confirmó el propio artista en Nueva York.
Dentro de su penosa
situación, Carlos Manuel tiene atenuantes, como son: que tiene 24 años
de residencia en Estados Unidos y que no tiene records judiciales ni
sentencias carcelarias, además, el crack que le encontraron (dos o tres
piedrecitas) era para consumo propio, por lo que su caso no cae en el
ámbito del narcotráfico.
Ojalá que “El Diamante Azul”, como se hace
llamar ahora El Zafiro, aprenda su lección definitivamente
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