
Algunos por entender mis aportes al periodismo, otros por sentimientos familiares y otros por simplemente considerarme sus hermanos en Cristo Jesús, otros, por el proceso genético que a mi 63, lo he revolucionario de maravilla.
Gracias de verdad a esos amigos que de manera colectiva han tomado un minuto de su existencia para darme un poco de su atención, ese tiempo invertido Dios se lo recompensara en sabiduría y bienestar social.
Pero así mismo, este enorme jubilo y entusiasmo que dicen sentir, se lo debo a dos personas ya (Fallecidas), María Consuelo Peralta y Agustín Brito Pichardo, quienes un 4 de noviembre del año 1953, provocaron una junta medica para administrar mi salida del vientre de mi divina creadora y aquí estoy procurando alcanzar el destino que se nos ha confiado en la tierra.
Aspiro en esta nueva ruta que me ofrece el creador, seguir brindándole toda potencialidad que mi cuerpo, mente y corazón disponga para que sobre la base del trabajo lograr los proyectos y metas deseada y de la que tenemos toda voluntad.
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