
“Me voy a retirar cuando me muera. Me
quitan el acordeón, me quitan el escenario, me quitan este micrófono y
me pueden comprar la caja, porque esa es mi vida. Mi corazón, mi vida
entera está en los escenarios, si voy a un espectáculo que no sea mío
los piecitos me comen, yo quiero subir al escenario, porque esa es mi
vida, y si Dios quiere, voy a decir como en algunas partes de mi país me
dicen la Celia Cruz dominicana, voy a estar hasta que me muera en los
escenarios”, asegura.
Y cuando ya no pueda cantar o tocar acordeón,
desea que su familia la lleve a los conciertos para estar cerca del
escenario.
Con temple, sostiene que hay Fefita por mucho tiempo, ya que “ánimo y
deseo de vivir y trabajar hay demasiado, y Dios me va a seguir
ayudando”.
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