Ha vuelto por Navidad. Esta vez no para
cantarnos sus tradicionales villancicos, sino unas cuantas verdades de
su vida más íntima y desconocida, la que se refiere a Miguel Rafael
Martos Sánchez, la persona detrás del artista, en un especial del
programa Mi casa es la tuya.
Raphael ha recibido con las
puertas de su casa y de su corazón abiertas de par en par a Bertín
Osborne, a quien ha obsequiado con su entrevista más sincera.
Ha hablado de todos y cada uno de los
episodios importantes de su biografía. Desde los dulces años de su
infancia en el barrio madrileño de Cuatro Caminos, en los que prendió la
mecha de su vocación como cantante. Tenía entonces menos de cuatro años
cuando, a propuesta de su hermano Juan, entró en el coro de la iglesia
donde este estudiaba. Si bien al principio los frailes dudaban de que
aquel pequeñín fuera la voz que estuvieran buscando, no tardó en
convencer
Los escenarios fueron su vida desde
entonces, incluso en aquellos difíciles años en los que sufrió una
Hepatitis B que, agravada por el alcohol, desembocó en un transplante de
hígado.
Un tema espinoso del que se sinceró con Bertín: "Yo venía
padeciendo eso de tiempo lo que pasa es que es una enfermedad tan
traicionera que no da la cara nunca. Me di cuenta porque empecé a beber
en esa época, que yo no había bebido nunca, pero empecé a beber de estas
botellitas pequeñas de minibar en los hoteles porque me hacían dormir y
cuando dio la cara ya era muy tarde".
Raphael se encontraba en Barcelona mientras trabajaba en el espectáculo de Doctor Jekyll y Mr. Hide
cuando su enfermedad empezaba a manifestarse e intentaba alargar su
regreso a Madrid para evitar que su mujer, Natalia Figueroa, se
enterase. "Al terminar Jekyll ahí me quedaba Valencia y me fui a
Valencia un mes entero y lo hice, pero yo estaba en unas condiciones que
de verdad estaba muy asustado. Entonces ya al terminar Valencia fui
directamente al hospital y ahí salió todo. Y aún así me pusieron bien
unos días antes y yo hice mi programa de Navidad".
Una Gala de Navidad
en la que coincidió con Rocío Jurado, que se dio cuenta enseguida de que
su amigo Raphael no se encontraba bien de salud y fue a visitarle
durante su enfermedad, tal y como ha desvelado el artista en Mi casa es la tuya.
El doctor que atendió al cantante, Enrique
Moreno, fue uno de los invitados especiales del programa dedicado al
artista para explicar el complicado y avanzado estado de cirrosis
hepática que sufría Raphael cuando llegó al hospital. Tras el
diagnóstico se enteró de la noticia de que la única vía para ponerle
remedio a su enfermedad era el trasplante, algo que no le gustó nada al
cantante: "Yo al principio no quería. Cuando me lo plantearon y vi que
era el único camino, entonces me entregué a él totalmente".
y se quedó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario