
"Dicen que parezco un poco asiática, que mis rasgos son un poco
asiáticos, puede ser que esto me ayude", explica Rosalba "Sal" García,
de 24 años y natural de Maimón (norte), en una entrevista con Efe en
Manila, donde el lunes se celebrará la final.
Sal, que combina las pasarelas con estudios de comunicación social y
su propia academia de modelaje, etiqueta y protocolo, es considerada una
de las favoritas, un logro que asegura merecer por las dificultades que
ha sufrido en el último año.
"Recibí acoso desde el día número uno y no tuve el apoyo de mi país
en el sentido económico porque entendían que no tenía posibilidades de
ganar", afirma esta modelo de alta costura que ha desfilado para Jean
Paul Gaultier, Gucci, Prada y Carolina Herrera.
La joven precisa que la campaña en su contra -tuvo incluso que
solicitar apoyo económico en las redes sociales para presentarse a Miss
Universo- fue por tener "un prototipo diferente al que todos estamos
acostumbrados, de ojos claros y con más volumen en su cuerpo. Yo soy
todo lo opuesto".
Sin embargo, reconoce que a medida que su nombre ha empezado a sonar como uno de los favoritos esta situación ha cambiado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario