Juani Feliz: Talento e inteligencia criolla

La historia de Juani Feliz es una en un millón.  Oriunda de Azua, sus padres cuando apenas tenía un año decidieron emigrar al Bronx, Nueva York. Desde muy pequeña dio señales de que la actuación iba a ser su pasión, cuando de niña en vez de uno, tenía 13 amigos imaginarios.

“Yo misma interpretaba a esos amigos que estaban en mi mente. Imagínate con 5 o 6 años, y ya quería desdoblarme e interpretar más de media docena de papeles. Me hablaba yo misma, todos eran súper diferentes. Ese fue mi primera señal de que me gustaba la actuación”, confesó entre risas y nostalgia, la actriz en su primera visita exclusiva a Listín Diario.

Primeras audiciones
Juani enfatiza que su decisión maduró cuando estaba en la secundaria y tenía 14 años.
“Audicioné para una obra y aunque me fue bien no obtuve el papel que quería; entonces entendí que si lo quería tomar en serio debía de estudiar y prepararme. Me puse a buscar por Internet cómo entrar a la carrera de actuación; hice una lista de qué debía hacer, se lo enseñé a mis padres y les dije rotundamente que necesitaba clases de actuación, fotos profesionales, un mánager y una agencia”, dicho y hecho.

Sus padres vieron tan firme la determinación de la segunda de sus cuatro hijas, que no escatimaron esfuerzos para que triunfara.

Rememora, con brillo en los ojos, la ilusión que le produjo obtener su primer casting. “Mandé mi foto y mi hoja de vida a diferentes mánagers. Una de ellas me respondió, y mi primer comercial fue para la cadena Univisión. Para mí fue una motivación y me confirmó que quería estar frente de una cámara por el resto de mi vida”.

Desde ese momento y durante su adolescencia, ha sido parte de varios episodios de elencos de series importantes como  “Law and Order”, “Conviction”, entre otros.  

Una pausa que le añadió valor
Como la mayoría de las personas que se dedican a un arte, Juani decidió vivir su deseo de ser actriz sin dejar a un lado su otra pasión, dedicarse a las ciencias.

“Tenía desde pequeña dos pasiones: la primera obviamente era actuar, pero también me encantaban las ciencias. Hice un ‘stop’ cuando me dieron una beca para estudiar en la Universidad de Harvard. No lo podía ni creer. Y claro que no le iba a decir que no a eso. Me mudé a Massachusetts. Ahí decidí estudiar Ingeniería Biomolecular. Paré la actuación por la carga académica hasta que me gradué”, relata.

Cuenta que esa pausa le sirvió de mucho. “Mientras estudiaba hice muchos estudios en laboratorio. Realicé mi maestría en la misma universidad. Hasta conseguí un trabajo en un instituto dedicado a la ingeniería biomédica afiliado con la Universidad de Harvard. Duré tres años en la fase uno de la búsqueda de la cura para el cáncer de melanoma”.

Sin embargo, narra que un día con la bata blanca encima en sus labores en el laboratorio se dio cuenta de que había una gran parte de ella que extrañaba la actuación, y se puso una meta que muchos cuestionarían de insensata: ahorrar dinero por dos años mientras trabajaba para regresar a New York a perseguir con más ahínco su anhelo de ser actriz.

¡Luces, cámara, acción!
Volvió en enero de 2016 a “La Gran Manzana” y revela sin titubeos que no se ha arrepentido ni un solo día.

“Desde ese tiempo he crecido en el mundo de la actuación. Actué en la película “The Purge: Election Year ‘La Purga: Año de Elección” (2016). Estuve en la tercera temporada de la serie “Shades of blue”, de NBC, con Jennifer López. El año pasado duré un mes en Chicago filmando la película ‘Canal Street’ que va a salir este año”.

“Mi sueño es interpretar el papel de la mujer latina, pero no con el estereotipo de la mujer poco inteligente, o la típica maltratada o con embarazos a destiempo. Sino de la realidad de muchas de nosotras. Las latinas también somos profesionales, nos destacamos en muchas áreas, somos fuertes e inteligentes. Una mujer que puede escalar en cualquier ámbito profesional y ocupar cargos importantes”, concluye con la seguridad del que seguirá abriendo puertas en el séptimo arte.

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