Con “Detalles”, “Emociones” y “Qué será de ti”, fueron algunas de las canciones con que Roberto Carlos hizo vibrar hoy a los chilenos ávidos de sus canciones en una espectacular jornada primaveral que coronó la noche santiaguina.
 
Con una potente banda de diez músicos, donde los vientos -dos saxofones, un trombón y dos trompetas-, dieron la nota alta sobre el escenario, el “rey de la música latina” colocó a sus pies a las cerca de diez mil personas que abarrotaron el Movistar Arena.
 
Aunque su banda contaba con una pareja que hacía el coro, la verdad es que no necesitó de ellos, porque durante las casi dos horas que duró su concierto sus canciones fueron coreadas por miles de personas.
 
Arrancó con “Emociones” y siguió con “Qué será de ti”, para después sentarse con una guitarra en sus piernas y empezar a realizar los primeros acordes de uno de sus más logrados éxitos y que ha sido traducido en varios idiomas: “Detalles”.
 
El teatro pareció venirse abajo, pese a que es una canción “muy lenta”, melancólica y sentimental, pero que su letra, según los entendidos, es un verdadero himno al amor.
 
“No ganas al intentar el olvidarme/ Durante mucho tiempo en tu vida yo voy a vivir/ Detalles tan pequeños de los dos/son cosas muy grandes para olvidar”.
 
Roberto Carlos observaba estupefacto como la gente encendió sus celulares y empezó a cantar con él hasta el final del tema, algo que ocurrió prácticamente con todas sus creaciones.
 
Antes de cada canción, el artista que ha vendido en el mundo más de 150 millones de copias, hizo una pequeña introducción del tema que iba a interpretar, siempre acompañado con una gran cuota de humor.
 
Siguió con una batería de canciones como “Desahogo”, “Lady Laura” y “Mujer Pequeña”, ésta última, una melodía pegajosa con mucha cadencia que la bailaron su director y la pareja que componía el coro.
 
Cambio bruscamente el ritmo y se puso a interpretar una balada para cortarse las venas: “Yo te propongo”, una canción, como el mismo la explicó, donde ya no sólo habla de amor sino que de amor y sexo.
 
Casi en la misma línea, continuó con “Concavo y convexo”, para volver a cambiar el compás bruscamente con un disco de mucha armonía como es “Mi cacharrito”, que primero lo interpretó la banda luciéndose largamente los vientos, la percusión y dos pianos digitales, capaces de elaborar cualquier tonalidad, para después empezar a entonarla el brasileño nacido en el estado de Espirito Santo.
 
Pese a su edad, 77 años, Roberto Carlos mantiene la misma voz y el mismo tono, y la prueba de ello es que nunca los vientos, que tienen una gran participación en sus temas, nunca atenuaron su registro.
Posteriormente, el ganador del Grammy al mejor intérprete de pop latino en 1989, gracias a las canción “Si el amor se va”, volvió a sorprender al público chileno con una de sus grandes baladas “El gato que está triste y azul”.
 
También aprovechó el escenario y la tecnología actual para interpretar “Esa mujer”, un dueto que realizó con el español Alejandro Sanz y “Chegaste”, con la exhuberante actriz y cantante Jennifer López.
 
Al final de su concierto cantó “Ese tipo soy yo”, “La distancia” y “El día que me quieras” de Carlos Gardel, que sacó prolongados aplausos y también “Amigo”.
 
Dejó para cerrar su presentación otra de sus grandes canciones: “Jesús Cristo”, que curiosamente nada más empezar el tema la gente se paró y se abalanzó hacia el escenario para grabar con sus celulares la interpretación desde menos distancia.
 
El artista, que en 2010 recibió el premio de la Sony Music en nueva York por sus 100 millones de discos, comenzó a distribuir claveles blancos y rojos entre sus admiradores y también recibió algunos recuerdos, mientras las luces poco a poco empezaron a apagarse.

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