
Los programas que suponemos de noticias, opiniones y comentarios, se han dejado
arrastrar a la chabacanería, sus actores creyéndose estar comiéndosela se
muestran como payasos al televidente, dándole nausea a los mismos lo que le
lleva hacer uso inmediato del control todo, porque se divorcian del concepto
diseñado del espacio.
La televisión de Monseñor Nouel, en nada se parece
a la realidad que vive la provincia es por tanto que se puede bien sentir, que
diariamente las mismas personas realizan llamadas a estos con denuncias, que
nada aportan a la sociedad todo, porque
sienten ser parte de la producción y llaman hasta para joder.
Los dueños de los espacios de la televisión local, se
han olvidado que el actual panorama político que vive la República Dominicana,
por ende Monseñor Nouel, no es para tener payasos haciendo chistes sin gracias
en la pantalla de un televisor, es una decisión errada muy errada con la que
contribuyen a la desbandada que hoy enfrentan.
Un pueblo como Monseñor Nouel, en que mayoría de
sus habitantes somos analfabetas y que nos coloquen dentro de la casa a través
de la pantalla de un televisor a un grupo de payasos a orientarnos sobre las
cosas que nos suceden, ¿que podemos sacar de ahí?.
La radio en Bonao, transita por igual camino aquí imperan
unos genios que por su magia de conocimiento empobrecen sus programitas, con
los mismos temas, los 365 días del año creyéndose así, ser la última Coca Cola
del Desierto en la comunicación desconociendo que hartan a los pocos oyentes
que les quedan.
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