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Braddy Abreu, junto al también locutor
Antonio Manuel Polanco, es lo que se podría llamar un mata penas, un mata deseo
de tomar el control y cambiar el canal, pues
irradia alegría con sus ocurrencias al momento de llegar el aburrimiento e
incoherencia no propia de un buen comunicador como la de su conductor quien al
parecer, piensa en todo menos en la buena producción y conducción del programa
que sale en pantalla.
Solo hay que ver cómo este trata a los
invitados, lo que en ocasiones la profesionalidad y experiencia de Braddy,
salva de muchas situaciones a sus compañeros de elenco, al público mismo, pues
al conducirse como todo un caballero en el sentido de la palabra, logra
que el televidente olvides payasadas e imprudencias lo que ocurre quizás de una
manera inconsciente.
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Por suerte, a Braddy Abreu, se le respeta
su trabajo en el “Dominio del Cibao”, es
uno de los mejores en el área de producción de la televisión local, pero quizás
por esos, se le da muy poca oportunidad
para desarrollar sus temas quizás por eso, se le interrumpe tanto cuando asume
con responsabilidad posiciones, se les tergiversan los temas y se nota que todo
es por la falta de capacidad de la contraparte lo que también le hace quedar en
ridículo.
Seria importante darle un giro de mas
profesionalismo al “Dominio del Cibao”, lo que le daría el lugar que bien se merecen
como profesionales de la comunicación sus conductores Braddy Abreu y Antonio Manuel Polanco, en el sentido de lo que debe vender el programa,
que es la información a la población, las problematica social, ese sentido profesional bien nos los merecemos todos.
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