De forma cíclica y recurrente, surgen en el panorama artístico y musical
internacional, jóvenes figuras que saltan al estrellato, aunque su vida
y trayectoria personal está plagada de vicios y hechos vergonzosos que
los convierten en ídolos con pies de barro.
Es el caso de Justin
Bieber, un muchacho que adquirió nombradía, gracias a un video que puso
en You Tube, que volvió loca a la “jevitada”.
Pero de ahí en adelante,
Bieber ha hecho lo que le ha dado las ganas para dañar su reputación, -
si es que la ha tenido algún día – incluyendo consumo de marihuana,
agresión a un conductor, conducir bajo la influencia del alcohol,
vandalismo grave en Los Angeles y mil diabluras mas.
Es por eso que ya,
más de 224,000 personas han firmado una petición a la Casa Blanca para
que el cantante canadiense sea deportado, “ya que no solo es una amenaza
para la seguridad de nuestro pueblo, sino que también es una mala
influencia para nuestros jóvenes”, afirman indignados los firmantes.
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