Algunos se conforman con gastar en cirugías, cremas y maquillajes que les ayudan a conservar la imagen; pero otros, confiados en que su cuerpo es lo único que les da fama, aseguran sus atributos físicos con primas millonarias.
Así como un padre se preocupa de comprar un seguro de vida para no desamparar a sus hijos en caso de accidente, los famosos acuden a compañías aseguradoras para que les valúen su cuerpo.
Por ejemplo, Jennifer López, Ronaldo, David Beckham y hasta una “conejita” de Playboy podrían recibir millones de dólares en caso de que algunas partes de su anatomía sufrieran un accidente.
Para obtener estos papeles, la compañía asegura
dora exige a los famosos una cantidad mensual acorde al valor de su cuerpo, así que imagina cuánto invertía Astaire para pagar el seguro.
A esta moda le siguieron otras actrices vanidosas como Betty Grable, quien en 1943 tenía unas piernas cuyo valor ascendía a un millón de dólares. En los setenta, la euforia de proteger el cuerpo con seguros creció aún más hasta llegar a nuestros días.
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Jennifer López asegura sus glúteos en 60 millones de dólares
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