La
radio local, requiere urgentemente de un movimiento de locutores mas centrados
a promover el fluido verbo de lo que es la palabra hablada, promover la cultura, dejar de alimentarse con las (S) y
dejarlas que fluyan.
La
radio, es uno de lo instrumento con
mayor poder educativo por tanto, los ejecutivos de empresas de radio, además
del talento e impresión que pueda mostrar cualquier aspirante a locutor, debe procurar que estos dentro de su actitud, se
gerencien de pequeños detalles como lo es, leer correctamente pero sobre todo
dotarse de un alto nivel de cultura general pero a la vez, tener un ápice de
buena caligrafía.
No
es secreto para nadie que por años el Ayuntamiento del Municipio de Bonao, ha venido
impartiendo clase de locución, pero quienes les monitorean, no cuentan con los
conocimientos requeridos en la materia por tanto, los que se convierten en alumnos, salen de estos
completamente frustrados creyéndose ser unos dotados en la profesión, no
entienden, que apenas aprobaron el kindergate.
Hay
que sin dejarle espacio a la duda, poner de relieve el talento, pero a ese
talento debemos acreditarles estudios gramaticales, culturales y ortográfico para
de esta manera gerencial el interés de las agencias publicitarias, de los
promotores de espectáculos y otras actividades propias de buenos locutores.
Parece
mentiras que en 20 años, ningún aspirante a locutor a podido superar a Santiago
Pito Acevedo, a Miguel Noboa, a Juan Ramón Rosario, a Braddy Abreu, al Súper Pana
y al Brudy Arvelo, como ellos superaron sus generaciones cada día vemos la
radio invadida de analfabetas de la locución y por ende de la comunicación.
En
Bonao y con el respeto que me merecen muchos, los propios radiodifusores han
cualquierizados sus empresas, pues han dejados de exigir los estándares de
calidad aunque debo admitir, que José Aníbal Aquino, de Latina 88.7-FM, viene
guardando ese respeto, pero las demás, dejaron de establecer requisitos y por
tanto, se han convertido en basuras pues cuan zafacones, llevan a sus cabinas a
personas sin actitud de bien calificarse como locutor.
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