El jazz en los tiempos del coronavirus fue algo que nadie habría pensado cuando el renombrado pianista Herbie Hancock solicitó a las Naciones Unidas declarar el 30 de abril como el Día Internacional del Jazz, que se celebra en el mundo entero.
Aunque la ONU consagró ese día al género musical, todo el mes de abril está dedicado a la exaltación del jazz, a la celebración de festivales, programas especiales y conversatorios en auditoriums o parques abiertos como se hará en Barcelona, España, este fin de semana.
Este año las salas, clubes y bares de jazz no solamente están cerrados sino que la llamada “música de los músicos” y considerada también la expresión clásica de Estados Unidos, lamentará la pérdida de varios sobresalientes maestros.
De la pandemia escaparon The Jazz Cruise, de finales de enero a principios de febrero, uno de los tres cruceros del género. Los otros son Smooth Jazz Festival y Blue Note at Sea, mientras muchos cruceristas con programas no especializados contrajeron el virus.
En su carta semanal del pasado sábado, el productor y director de los cruceros de jazz, una especie de Rey Midas de esos espectáculos, Michael Lazzaroff se refirió con tristeza a los estragos de la pandemia y al peor año desde que la ONU consagró el día.
A comienzos de la pandemia murieron varios renombrados músicos, todos maestros de rango universal, como Ellis Marsalis el patriarca de la familia Marsalis, de New Orleans, Buck Pizzarelli, Manu Dibango, Wallace Ronney y Mike Longo.
Listin Diario.
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