Con la entrega de los Premios Casandra, y que patrocina la Cervecería Nacional Dominicana, quedo evidentemente demostrado que se ejerció el dominio, el poder institucional, ese poder que capacita a este emporio para asumir venganza.
La Cervecería Nacional Dominicana, jamás le perdonara a Héctor Acosta,(El Torito), haberla abandonada como lo hizo y así se lo dejo demostrado en los Premio Casandra 2011, donde dejo evidenciado que sentía lastima por el destacado merenguero de la provincia Monseñor Nouel.
Héctor Acosta, (El Torito), nominados en los Premios Casandra en Seis Categorías, solo obtuvo y como reclamo de conciencia de los Cronistas de Arte, ganar en una sola categoría cuando es bien reconocido por el mundo el trabajo desarrollado e impreso con la calidad ameritada por la agrupación que liderea este polifacético merenguero pero al parecer la Cervecería Nacional Dominicana y antes los reclamos y argumentos legales que pudieron hacerle al cantante, este no tuvo oídos para escuchar ni ojos para ver.
Fue ahí quizás que el León se sintió herido y con deseo de vengarse porque no es posible que un artista de la calidad y carisma de Héctor Acosta, (El Torito), nominado en seis categorías como son: “Concierto del Año”, “Álbum Musical Año”, Espectáculo del Año”, “Merengue del Año”, “Agrupación Popular Destacada” y Orquesta Merenguera”.
Hoy quizás los reclamos y argumentos que generen esta actitud de la Cervecería Nacional Dominicana, resulten desoídos del porque el cantante de Bonao solo gano en una de seis categorías y la de menor importancia, “Orquesta Merenguera del Año” cuando todos fuimos testigos del trabajo desarrollado por este hijo de la provincia Monseñor Nouel durante el pasado 2010.
Pero las mismas circunstancias que empujaron a la Cervecería, a la venganza con el artista, son las que les impidieron a los Cronistas de Arte concretarla en sus votaciones aunque eso me permito dudarlo porque para vengarse de una traición como la materializada por Héctor Acosta, (El Torito), hay que ejercer un buen poder mas en su caso pues como se sabe, muchas veces el amante despechado aguarda largos años un cambio en la situación, una modificación en los sentimientos del otro, y en los propios, que le permita situarse en una posición ventajosa. Pero acá no sucedió así.
Aquí la vaina fue Chan con Chan. Le dieron por la cabeza.
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