Fefita dice que no se retira, pues mientras esté viva seguirá en los escenarios



Fefita la grande
Alcanzar el éxito es el gran sueño de todos. Llegar a ser famoso, reconocido y aplaudido es la meta de los artistas; por eso luchan y por lograrlo trabajan sin descanso. 

Sin embargo, cuando sus sueños se convierten en realidad se dan cuenta de que la fama, que tanta felicidad les proporciona, al mismo tiempo implica muchos sacrificios.

 En el caso de Fefita la Grande, aunque siempre agradece la bendición de haberse convertido en artista, lamenta que por más que quisiera, no puede sentarse a compartir entre amigos una partida de dominó en alguna de las calles de Santiago.

“A veces cuando llego a una tienda a comprar algo, la gente comienza a llenar el lugar y el dueño del negocio me pregunta que si quiero que cierre para que pueda comprar tranquila”.  Aprecia el amor de su público, pero confiesa que en algunos momentos quisiera pasear tranquila por las calles, pero que desde que notan su presencia, comienzan a acercarse y a pedir fotografiarse con ella.
“Eso me demuestra el gran amor de mi pueblo, pero eso sí, si no estoy bien arreglada, no me dejo fotografiar”.
Es ahí donde surge la pregunta: ¿ tiene dueño el corazón de Fefita?, y entre risas la respuesta no se hace esperar: “ Tengo muchos pretendientes, cantidad, pero ahora yo ya estoy casada con velo y corona con mi acordeón. Ese es mi compañero de toda la vida”. Más adelante confiesa que se dejaría robar el corazón por un hombre detallista, caballeroso y que sepa valorarla y tratarla como mujer. Así es ella, tan aunténtica como su música.

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