BONAO: EL VIAJE SIN RETORNO IMPACTA SU CULTURA


Por la Lic. Solanny Almánzar

Pareciera que en el cielo, Dios tuviera un convite popular y los emblemáticos gestores culturales de Bonao, estuviesen montando el viaje hacia el infinito para celebrar con el señor la auténtica fiesta cultural, que se ha perdido en la tierra o quizás, se está orquestando en la eternidad, un gran proyecto cultural y las estrellas elegidas para dirigir la orquesta han de ser del mismo municipio. En menos de tres años, cinco de nuestros emblemas culturales que trabajaron por amor al arte, fueron seleccionados.

El primero de septiembre del año 2015, fue llamado Egidio Velázquez Sosa, (El Viejo Jillo), escritor, maestro, soñador, pensador, valiente, revolucionario, amante del medio ambiente, un caballero ilustre quien siempre poseía una mirada de amor y una alegre sonrisa, servicial y de gran calidad humana. Dedicó su idealismo a la enseñanza pública y a compilar datos históricos relacionados con su pueblo, los últimos días de su vida los pasó postrado en el Hogar de Ancianos, sin el calor de sus familiares y amigos a quienes dio tanto sin recibir nada a cambio, pero mucho menos sin el saludo o el adiós de aquellos a quienes alimentó de conocimiento su cerebro al visitar su humilde vivienda en busca de sabiduría.

Sin cumplirse dos años de la pérdida de Egidio Velázquez Sosa, Monseñor Nouel, sufre la pérdida de Juan Bautista Gil, (Musiquito), quien pasa, cumplido sus 89 años de edad, hacerle compañía a su gran e inseparable amigo, convierte el lunes 3 de julio del 2017, en un día de duelo. Musiquito, fue el ideólogo de que el 22 de septiembre del año 1982, se promulgara la Ley 27, la que dio origen a la provincia Monseñor Nouel, este humilde ciudadano era el único patrimonio viviente que le quedaba a la Banda de Música Municipal, la cual dirigió y perteneció por más de 60 años, dentro de sus cualidades cabe mencionar los grandes aportes sociales, políticos y económicos entregado durante toda su vida a esta población. Murió en la indigencia, sumido en la pobreza y olvidado por quienes le aplaudían sus grandes aportes.

Apenas pasan 17 días de tan irreparable partida de Musiquito, Dios continua eligiendo a sus mejores hombres, como si se tratase de una compilación de talentos, con el propósito que sólo él conoce y el día 18 del mismo mes y año, el llamado fue para Eliooth Rosario Hernández, quien se marcha a los 89 años de edad, su muerte impacta la estructura cultural de Monseñor Nouel. Eliooth, fue fundador del Baton Ballet físico-artístico “Renacimiento 17 de junio”, por cuya destreza, belleza y sincronización se ganó el nombre de “El Monstruo de la Percusión, la Coreografía y la Batuta”, como grupo actúo en 34 escenarios del país, en 234 presentaciones de galas en las que se ejecutaban siete modalidades de baile.

Los aportes de este ilustre ciudadano a su pueblo, no solo fueron al arte, la fotografía y la locución, también en el periodismo se destacó como corresponsal del Periódico Listín Diario, desde donde camino por el lodo y bajo la balacera de la intolerancia permaneciendo en éste por 35 largos años de su vida, otro de los aportes lo realizó dentro de la disciplina deportiva, siendo el primer estudiante en graduarse de Educación Física, lo que le llevó hacer con el tiempo, el padre del Softbol femenino en la República Dominicana, sus últimos años de vida, lo pasó postrado en una silla de ruedas, aislado del calor de su gente hasta que Dios optó por llevarlo a una mejor vida.

Carmen García, viuda Rosario, nominada como la reina de la cultura, una mujer fuerte, quien a sus 92 años se mantenía de pie, luchando en silencio con su enfermedad, a la que no le permitía ser un obstáculo para asistir a su amada Plaza de la Cultura. Pidió antes de partir de este mundo, que sus restos reposaran por algunas horas en la que fue para ella, un sueño hecho realidad (La Plaza de la Cultura Cándido Bidó).

Cuando llegó el día de su partida, jueves 25 de enero del 2018, el cielo se vistió de gris anunciando de esta manera que un ícono de la cultura se marchaba, maestra, escritora, excelente madre, amiga y esposa, fundadora del Colegio Juan Pablo Duarte, de la Unión de Escritores, del Comité Organizador del Carnaval de Bonao, (COCABO), por igual, ocupó la presidencia del Patronato de los Bomberos de Bonao en el año 1987. A pesar de no haber nacido en Bonao, fue acogida como una de sus más meritorias hijas, dejando a sus pasos un gran legado cultural, a diferencia de los anteriores fallecidos, se marchó a la eternidad rodeada del calor humano de su pueblo.

Con el maestro de la danza, Cecilio Molina, el municipio de Bonao y su cultura, sufre otro de sus mayores impactos, al verse este sorprendido por la muerte, a sus 69 años de edad. Lunes 2 de abril, año 2018, la danza personificada en Cecilio Molina, también se marcha a consecuencia de un Cáncer terminal, con el cual bailó sus últimos meses, fue un bailarín de larga data, dirigió escuelas de bailes, grupos e individuales, forjando niñas, niños y jóvenes a quienes enseñó a manifestar el arte a través del baile y la danza. El maestro Cecilio Molina, fue coronado Rey Momo, del recién pasado año 2017, participó en el Spot Publicitario del 35 aniversario de la Provincia Monseñor Nouel, siendo esta su última presentación artística, al igual que los anteriores, murió sin que sus días finales corrieran con mejores suerte.

La dignidad de estos iconos de la cultura Nouelense, fue tan elevada, que ni siquiera en los momentos más difíciles de su existencia, optaron por pasarle facturas a su pueblo, no reclamaron las cosechas de los que sembraron y como paradoja de la vida, se despidieron de este mundo en la indigencia.

Hoy el pueblo aclama y llora sus pérdidas, sin embargo, al igual que ellos por nuestras calles deambulan otros gestores socio-culturales, olvidados y necesitados de una mano amiga. Se desconoce cuál dolor es más fuerte para ellos, si el de la enfermedad que padecen o las inobservancias e injusticias que con ellos se cometen.

Oh América infeliz, que sólo te acuerdas de tus grandes hijos cuando son tus grandes muertos. Esta frase atribuida a Federico Henríquez y Carvajal, sigue tomando vigencia por las indiferencias, pues es fuerte para familiares y amigos ver como a los cuerpos sin vida, se les quieren apreciar y valorar, cuando en vida, no se les demostró lo importante que fueron sus aportes para el desarrollo de la sociedad.

En paz descansen, sus legados jamás morirán.

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