Los Actuales
Regidores del Municipio de Bonao, debieran irse educando en la política de
entender que la vida castiga, que esta sociedad merece un cambio proyectado en
la pulcritud que por separado debemos impregnar todos y cada uno de los hombres y mujeres que la integramos.
Entender que nadie tiene la verdad de manera absoluta
y que por tanto, todo accionar tiene su pro y su contra en el caso latente de
haberle otorgado de manera ilícita la presidencia del Carnaval de Bonao al
comunicador Reynaldo Sánchez, por encima de quienes hacen vida cultural y
carnavalesca, esta acción, debe tener un doblegamiento de parte de estos para evitar males
peores en la sociedad.
Tanto los regidores como esta sociedad saben,
que a Reynaldo Sánchez le persigue la sombra de hechos ilícitos, castigados
todos por las leyes dominicana y, los
que ésta sociedad conjuntamente con nuestras autoridades no pueden continuar
premiando, es hora de una revisión de la resolución que da poder entre comillas
de presidir el Carnaval de Bonao y si fuera preciso rechazar de cuajo tales pretensiones
a los fines de regresarle la paz a este importante sector cultural.
Debiéramos tener autoridades fabricantes de
resoluciones municipales con menos crueldad y con más frialdad al momento de
tomar decisiones a los fines de no provocar asco en todos aquellos que esperan
lo mejor de todos. No es posible que por
terquedad de 5 regidores de 13, se le prive a la provincia Monseñor Nouel, de
disfrutar de sus tradicionales fiestas carnavalescas solo por premiar
perversidades.
No es posible que las autoridades en Monseñor Nouel,
continúen dejándose doblegar de pedófilos, que le sigan el juego a una justicia
podrida la que por suerte no puede evitar la condena de la sociedad la que está
dispuesta a no dejar morir los casos atroz que les suscitan.
Nuestros regidores no pueden continuar
permitiendo que esta sociedad continúe reviviendo el prontuarios de situaciones
oscuras que pesan sobre los hombros de Reynaldo Sánchez, mas cuando se
vislumbran acciones que pueden poner en peligro la integridad física de quienes
de manera valiente asistan al área del carnaval, pero que cobardemente estos sean
agredidos por desaprensivos.
Todavía estamos a tiempo.
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